Marcos Rodríguz Pantoja, cuando tenía siete años, fue vendido por su padre a un pastor. Tras la muerte de éste, Marcos fue abandonado en el bosque e, irremediablemente tuvo que aprender a sobrevivir.
De esta inusual manera, el niño aprendió a cazar, a beber agua de los riachuelos y poco a poco se fue haciendo amigo de los animales. Su mejor amiga fue, durante muchos años, una serpiente pero creció rodeado de lobos, por lo que caminaba, comía y se comunicaba como ellos.
Curiosamente, un día mientras se disponía a comer apareció un hombre a caballo que disparó a su serpiente con la intención de salvarlo. Marcos se asustó y lo único que pudo hacer para defenderse fue morder al guardia civil que se acercó a rescatarlo.
Fuente: Cadena Ser
Actualmente vive como cualquier otra persona y ya duerme sobre una cama, uno de los grandes problemas que este hombre ha tenido tras reinsertarse en la civilización.
No hay comentarios:
Publicar un comentario